La venta de vehículos de más de 10 años de antigüedad se ha situado en un 38,3% más que la de coches nuevos en el periodo comprendido de enero a julio de este año. La caída de las matriculaciones, debido a la crisis de los semiconductores y el impacto económico ocasionado por el coronavirus y la guerra en Ucrania, son algunas causas que propician estos datos revelados por la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (Ganvam). En este periodo de 2022 se han vendido 562.988 coches de más de 10 años, lo que se traduce en el 61,5% de las operaciones del mercado de segunda mano.
La Asociación concluye que los coches de más de 15 años son los mejor parados en el mercado de ocasión, sin embargo hay un lado negativo en estos datos. Un vehículo que cuenta con 15 años o más sobre el asfalto, emite un 90% más de partículas nocivas y un 84% más de óxido de nitrógeno que un coche regulado por la normativa europea actual Euro VI. Esta tendencia del mercado de vehículos debería ir de la mano con nuevos planes que protejan el medio ambiente, ya que lo más habitual es que estas políticas se apliquen únicamente a coches relativamente nuevos.
Parece que los datos referentes al uso de coches eléctricos compensan en parte ese daño al medio ambiente. Se espera alcanzar cinco millones de vehículos eléctricos para el año 2030, lo que supondría multiplicar por más de 27 la cifra de hoy. Si los datos funcionan como se espera, las ventas de coches eléctricos de segunda mano superarán las 14.000 al cierre del año. Aunque cada vez sea una opción más atractiva para los ciudadanos, hay dos factores clave que en muchas ocasiones frenan la compra. Por un lado, el miedo a quedarse sin batería y no encontrar un punto de recarga, unido al elevado precio de adquisición, hacen que más de uno se eche atrás y se decante por “el coche de toda la vida”.