La Unión Europea permitirá los combustibles sintéticos o e-fuels a partir de 2035, una decisión que amplía las miras más allá de los coches eléctricos. Los biocombustibles puros no serán bienvenidos a partir de entonces, ¿qué diferencia hay entre ellos?
Se basa en dos materias primas: CO2 capturado de la atmósfera o a través de un proceso industrial e hidrógeno. Este último sería el de origen renovable, el verde, obtenido mediante electrólisis del agua. Un hidrógeno renovable que proviene de energía eólica o solar, y si durante el proceso se utiliza únicamente energía renovable, la huella de carbono se puede reducir completamente. De esta manera, podríamos obtener combustibles Cero emisiones netas, la mejor opción para la descarbonización del transporte. Tanto gasolina como diésel son totalmente compatibles con los motores de combustión de gasóleo y gasolina actuales. Tiene algunas ventajas sobre el hidrógeno como la facilidad a la hora de transportarlo y el aprovechamiento de las infraestructuras que existen ahora. Por otro lado, el mayor inconveniente de los combustibles sintéticos es su precio, que podría terminar acercándose al de los combustibles que conocemos hoy.
En este caso, parten de materia orgánica para su producción. Se consiguen a través del tratamiento físico o químico de residuos orgánicos o biológicos. En función de la materia que se parta, existen distintas categorías. Los biocombustibles de primera generación vienen de cultivos agrícolas: remolacha, aceite de palma o de girasol o caña de azúcar. Los de segunda generación son los biocombustibles avanzados, que se obtienen a partir de residuos agrícolas o sólidos. En último lugar, los de tercera generación que se obtienen a través de algas. De su procesamiento se consigue el bioetanol para coches de gasolina, o biodiesel que se utiliza en los motores diésel o biogás. Los biocombustibles pueden reducir la huella de carbono en un 90% respecto a los actuales, aunque todavía no son neutros en carbono.
Uno de los ejemplos de biocombustible avanzado es el HV0100, el Hydrotreated Vegetable Oil o aceite vegetal hidrotratado, es un biocombustible avanzado fabricado de aceite vegetal y residuos reciclados, como el aceite de cocina que permite reducir las emisiones de CO2 respecto a un diésel en hasta un 95%. Muchos motores actuales permiten este biocombustible. La legislación actual establece una penetración anual de parte bio en los combustibles que usamos en nuestros coches.